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Llegó la estación del amor

Hay razones científicas para que se vincule a la primavera con el enamoramiento y el aumento del deseo sexual. Expertos explican por qué se produce el fenómeno.

"Es que estamos en primavera", dice Florencia con una sonrisa pícara al contar sobre su última conquista y recibir elogios sobre su pollera nueva. Comentarios como ese, que se escuchan una y otra vez en estos días, son más que frases repetidas por costumbre: hay una base científica que explica por qué a la primavera se la vincula con el amor y un mayor deseo sexual.

"El aumento de la temperatura, la calidez del sol, más horas en el día tienen un efecto en nuestro sistema nervioso central. El aumento de la radiación solar genera una producción hormonal, mayor segregación de serotonina por ejemplo, que va a tener una incidencia favorable en nuestro estado de ánimo, sintiéndonos más alegres y vitales", afirma la psicóloga Mariana Álvez.

En el mismo sentido, Santiago Cedrés, vicepresidente de la Sociedad Uruguaya de Sexología, explica que el aumento de la exposición solar incrementa el número de endorfinas, tanto en mujeres como en varones, que generan una reducción de los niveles de estrés, levantan el ánimo y aumentan el deseo sexual. "Tales mecanismos químicos producen, previo paso por el Sistema Nervioso Central, una erotización de la persona, provocando una mayor predisposición al deseo", señala el médico internista y sexólogo.

Más salidas, actividades al aire libre, encuentros y menos ropa. Esos son todos aspectos que hacen que las personas se sientan más libres, con más placer. "Y el placer nos predispone al encuentro con el otro", apunta el psicólogo Álvaro Alcuri. "En todas las culturas hay una Fiesta de la Primavera, también está en la mitología. No hay cultura que no la celebre y que no la vincule con el amor", agrega el experto.

Lo que se festeja, en realidad, es el fin del invierno, del frío y de todo lo que ello implica: control, cuidado, menos salidas, más ropa. "Estamos celebrando que eso se termina".

En esta época en que la naturaleza se renueva, aparecen nuevos estímulos para los sentidos, en especial para la vista y el olfato. "La existencia de estímulos visuales se plantea como el más poderoso factor desencadenante del deseo. Por lo tanto, el cambio de clima habilita nuevas experiencias sensoriales. Luego de un período de frío, los primeros calorcitos nos dan la sensación de andar más livianos por la vida, con menos ropa, cambia nuestra postura corporal. El frío nos encierra (en nuestras casas y nuestros cuerpos) y el calor nos `abre`, nos distiende, nos dispone al contacto de nuestra piel con el medio. El clima caluroso propicia otra vestimenta, nos mostramos diferentes como lo hace la naturaleza al cubrirse y seducir con el colorido de las flores. El clima nos estimula, nos predispone. El cuerpo se comunica con el entorno de manera diferente. Nos mostramos, nos vemos, vemos y nos dejamos ver. Todo ello repercute en nuestro psiquismo", explica Cedrés. 

Este fenómeno involucra a ambos sexos y es vivido por cada uno dependiendo de la compleja interacción de su historia personal, la educación recibida, su modo de moverse en el mundo, los mitos y el momento personal que se esté viviendo.

En el consultorio, Alcuri nota en la primavera una tendencia en sus pacientes a estar más dispuestos a encontrarse con el otro y, por ende, generar más vínculos afectivos. Pero ahí entran a jugar factores que pueden complicar el panorama. ¿El motivo? En las predisposiciones se potencian las fantasías. Y puede generarse el mito de que al otro le va a pasar algo parecido. "Cuando hay ideas exageradas lo que ocurre es que nos frustramos, porque al otro más que conocerlo lo fantaseamos. Después, cuando eso pasa, aparece la persona real y nos frustramos".

Otro punto a tener en cuenta, dice Alcuri, es creer que la "euforia primaveral" pueda asegurar una pareja duradera y estable. "Las parejas se construyen en bases reales", afirma. Y hace un comentario que puede sonar antipático, pero real: "Al menos romántico, en la construcción de parejas estables y duraderas, le va a ir mejor, y al más romántico, peor".

De todos modos, la llegada de la primavera no llena de optimismo a todo el mundo: en algunas personas puede existir la depresión primaveral, van a estar tristes o irritables. "Pareciera existir una cierta presión social por sentirse necesariamente bien en esta época y no todos pueden cumplir con esas altas expectativas. O también pueden sentirse incómodas si sufren de alergia", advierte Álvez.

Factores.

La primavera implica seducción. Ya solo que el estado de ánimo mejore debido a la ampliación de la duración del día frente a la noche, hace que haya mayor predisposición a desatar la pasión, incluso para quienes durante el otoño andaban más inhibidos.

En cuanto al aumento del deseo sexual, Cedrés destaca los factores hormonales. La testosterona, tanto en hombres como en mujeres induce la respuesta sexual incrementando la libido. En el hombre es la responsable del mantenimiento de la erección y de la intensidad orgásmica. En las mujeres, en tanto, es clave en el deseo y en el tiempo que demore el lograr el orgasmo.

Su característica es que responde a la luz, por lo que en primavera alcanza niveles más altos. "Esta hormona es responsable de `activar` a la persona frente a un estímulo sexual externo (lo que ve, escucha, etcétera) o interno (fantasía)".

No es casualidad entonces que las personas se sientan más felices y enérgicas en días soleados, de temperaturas cálidas, y decaiga el buen humor y la energía con la oscuridad de los meses invernales.

Otras hormonas que también participan en la respuesta sexual del hombre y la mujer son la serotonina y la endorfina, precisa el vicepresidente de la Sociedad Uruguaya de Sexología. Ambas están implicadas en la sensación de placer, y sus niveles en el cuerpo se acrecientan con la alimentación saludable, el ejercicio físico y la luz, tres componentes que están especialmente asociados a estos meses.

"La secreción de las mismas tiene un ciclo estacional, aumentando en primavera y verano. Por el contrario, cuando están en dosis deficitarias (frecuentemente en meses de invierno), suele ser sinónimo de depresión y falta de apetito sexual", dice el experto.

Además, también juegan factores ambientales. Durante estos meses aparecen nuevos inductores sexuales, responsables de desencadenar el deseo. Cedrés menciona "la menor tela empleada en la ropa estival" y "el semidesnudo a la hora de tomar el sol", que "se convierten en incentivos que despiertan las fantasías sexuales que habían pasado más desapercibidas el resto del año".

El cuidado en el atractivo físico es otro elemento importante. Durante esta etapa la piel comienza a estar bronceada, lo que por contraste con el blanco del invierno se hace más sugerente y más atractiva.

Además, hay mayor vida social: "El descanso, la relajación y el buen tiempo hacen que las personas se sientan alegres y de buen humor. Por lo general, son más sociables y divertidas, lo que invita a relacionarse con los demás y a disfrutar más de cada momento. La densidad de personas con el mismo afán de divertirse, permite conectar con desconocidos que pueden ser potenciales parejas sexuales".

BENEFICIOS QUE TRAE ENAMORARSE

Es claro que el amor tiene beneficios extra-pareja. La psicóloga Mariana Álvez destaca:

-Las interacciones con amigos y compañeros de trabajo se convierten en algo más disfrutable.

-Nos hace estar más atentos a las necesidades de los demás y los protegemos.

-Las conversaciones que tenemos son más significativas y profundas.

LAS PAREJAS SE DESINHIBEN

"La gente está más relajada y sin prisas ni estrés, todo el mundo está más receptivo a la hora de concederse o buscar unos minutos de intimidad. El buen humor hace que los defectos de la pareja sean percibidos con menor negatividad que en otras circunstancias. Además, con el pretexto de `estamos en primavera` muchas parejas se animan a llevar a la práctica las fantasías sexuales de siempre, pensando que en esos días todo está permitido y hay que desinhibirse", dice Santiago Cedrés.

PARA TENER EN CUENTA

En estos tiempos de enamoramiento también puede ser conveniente recordar algunas cuestiones sobre el amor. La psicóloga Mariana Álvez destaca dos:

1) "El amor es necesidad, `yo no puedo vivir sin el otro`. Esta idea de necesidad es muy compleja y peligrosa. Si vamos a ubicarnos en los que nos muestran las películas el amor es drama, es intensidad, es lucha, es necesidad, es morir sin el otro. Y lo peligroso de este concepto, es que de esta manera se comienza a tratar el amor como algo nocivo, porque la necesidad no es amor. Y el amor tampoco necesita de pura intensidad, es fluctuante, hay veces que nos podemos sentir más conectados, menos conectados, pero eso no quiere decir que estemos menos enamorados".

2) "El amor no es exclusivo. No necesariamente lo sentimos únicamente con nuestra pareja, sino que podemos llegar a sentirlo con cualquier persona. El amor no es incondicional y tampoco es eterno, aunque sí renovable. Podemos volver a enamorarnos de la misma persona una y otra vez si nos sentimos seguros, confiados, cuidados y compartimos una historia".

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amor primavera seducción
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