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Si bien las causas precisas que generan este trastorno no son cabalmente conocidas, sí podemos decir que intervienen en este trastorno factores genéticos, bioquímicos y por supuesto ambientales.
De acuerdo al DSM I-V el trastorno bipolar se clásica en Trastorno Bipolar I, Trastorno Bipolar II, Ciclotimia y Trastorno Bipolar no especificado.
La sintomatología del sujeto es variada e incluye las siguientes características:
Durante el período de manía podemos observar: exagerada autoconfianza, menor necesidad de dormir, actividades en demasía, autoestima exagerada, delirios de grandeza, irritabilidad y agresividad, impulsividad, fuga de ideas, compras compulsivas, infidelidades.
Durante el período depresivo: tristeza, cambios en cuanto el sueño y el apetito, enfado, ansiedad, indiferencia, apatía, sentimientos de culpa, rechazo a la interacción social, ideas de muerte.
La persona bipolar tiene un carácter muy difícil y eso puede traer dificultades a nivel social, laboral y especialmente a nivel familiar. Por eso es importante que las personas que los rodean comprendan a fondo esta condición para poder trabajar juntos.
Cuando el sujeto está irritado se vuelve más cruel y frío, llegando a decir cosas muy hirientes. No tienen control de lo que dicen, pueden agredir a su familia tanto verbal como físicamente. Un intento de acercamiento por parte de un familiar puede ser una oportunidad para la persona bipolar de agredir a quien en verdad quiere.
Sienten el deseo de hacer muchas actividades al mismo tiempo y desean cambiar todo, no aceptan un no por respuesta.
Es vital que quienes viven con ellos aprendan que hay que estar preparados para estos ataques, no se puede, bajo ninguna circunstancia, tomarse como personal las cosas que hacen o dicen los bipolares, ya que la agresión es simplemente una manifestación de su patología que nada tiene que ver con nosotros.
Cuando la persona bipolar está iracunda, no se puede entablar un dialogo con ella, por eso hay que esperar a un momento de más calma para plantear la importancia del respeto hacia el otro y sobre todo poner límites a estos comportamientos.
La persona bipolar necesita rutina, cierta monotonía que le brinde un orden a su vida, a su caos, necesitan descansar bien y sobre todo alejarse de todo aquello que los estressa demasiado.
Las parejas de las mujeres bipolares tienen que estar atentos ya que muchas veces existe dependencia del bipolar hacia ellos, lo que las impulsará a dominar a su pareja, tratarlos como si fueran de su propiedad. Muchas veces sienten a su pareja como si fuera un enemigo, alguien que las lastima y no les presta atención, son tan demandantes que la atención pareciera nunca ser suficiente. Son de culpabilizar al otro de lo que les sucede a ellas, suelen manipular el afecto de los demás, cuestionan a la familia en general, hay una falta de empatía y de responsabilidad emocional con el otro.
Es importante que los familiares estén atentos ante los posibles cambios del estado de ánimo. Los indicadores de manía serán el aumento brusco de la actividad, irritabilidad e intolerancia, verborragia, disminución del sueño, aparición de nuevos proyectos de manera repentina.
Los indicadores de depresión tienen que ver con la falta de apetito, apatía, sueño excesivo, malhumor, irritabilidad.
Este trastorno puede ser muy complejo de diagnosticar y a veces la persona consulta por la fase depresiva, dejando de lado la parte maníaca que es la más compleja de tratar. Con el adecuado tratamiento psicológico y psiquiátrico las personas pueden llevar una vida relativamente estable, si bien este trastorno es crónico, puede ser controlado adecuadamente.
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trastorno bipolar bipolaridad maníaco depresivo
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