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Cuando tienes en claro tus creencias, cómo quieres desenvolverte en la vida, cómo quieres actuar, cuáles son tus mejores estrategias para poder ser establemente feliz, nada puede fallar, te cuidaras de ese pesimismo ajeno. Por supuesto que tedrás malos días como todo el mundo, o situaciones difíciles que afrontar, aunque con las herramientas adecuadas siempre puedes volver a tu estado de calma y plenitud.
El pesimista usualmente comienza sus frases diciendo no puedo, es muy difícil, fácil decirlo pero… En su manera de pensar no hay cabida para las posibilidades, para los nuevos intentos, para la esperanza, para la creación de oportunidades. Se estanca, mira con desprecio o desconfianza a quien sí puede, a quién piensa diferente, cuestiona hasta el cansancio, descreído, sin fe. Estas actitudes nocivas lo afectan a él y también a las personas que lo rodean, aunque no suele ser demasiado conciente de esto.
Si de antemano sabes que fracasarás en algo, ¿para qué perder tu energía en intentarlo? El pesimista no elige ser así, es lo que conoce, lo familiar, lo que ha aprendido, su manera particular de ver el mundo. Creo que por eso es tan importante que siempre te obsequies un minuto para cuestionarte, para reflexionar acerca de tus acciones. Si no estás dónde ni cómo quieres, algo debió haber sucedido, las cosas no pasan porque sí, siempre tomas decisiones, todo el tiempo, y a veces sin darte cuenta siquiera, puedes llegar a tomar las decisiones equivocadas que van a terminar afectándote de alguna manera.
Tienes que ser cuidadoso de tus actitudes, de tus respuestas, eres el responsable de ti mismo y jamás podrás cambiar a nadie que no desee cambiar. Tampoco caigas en la excusa de que porque ciertas personas de tu alrededor no te apoyan, entonces dejas de lado lo que realmente quieres hacer con tu vida. Más allá de las adversidades, los contratiempos o la falta de apoyo de aquellos a quienes quieres, debes ser conciente de que quién en realidad puede controlar sus decisiones y sus acciones eres tú. Nadie puede vivir por ti.
Como optimista, comprende que cada uno tiene derecho a pensar a su manera, respeta las diferencias. Cuando alguien te dice que no puedes es porque en algún punto está intentando protegerte de su propio fracaso. Los pesimistas no creen que ni ellos ni nadie puede con los desafíos o la “mala suerte”, es más fuerte para ellos pensar de esta manera. Si intentas convencerlos de lo contrario no va a tener sentido, los estás invadiendo y caerás en una discusión que no va a llevar a nada. Si algún día quieren aprender a pensar de otra manera será su decisión, pero no puedes andar forzando ni imponiendo tu punto de vista a nadie.
No tomes sus comentarios a modo personal, si no te están dando apoyo en un proyecto o creen que estás loco por intentar algo nuevo, o por no preocuparte en exceso, comprende que tenemos modos diferentes de ver la vida.
Creo que sería estupendo que pudiéramos contagiar de optimismo al mundo, pero no todo el mundo está preparado para el desafío. Todos tenemos procesos distintos, momentos particulares, y tienes que respetarlo. A veces incluso en el pesimista hay un destello de optimismo, una necesidad de cambiar que poco a poco se torna imperiosa.
Sé que existen personas que constantemente están brindando un refuerzo negativo, que más que pesimistas creo que aquí entramos en el terreno de la frustración y el descontento general por la vida. De estas personas que constantemente te están atacando de una manera u otra, sí hay que cuidarse. Existirán vínculos que podrás dejar de lado si no nos ayudan en tu búsqueda de crecimiento personal. En otros casos, como pueden serlo el de los familiares cercanos, tendrás que plantearte un vínculo más superficial y no siempre compartir con ellos tus proyectos, ideas, sueños y demás cosas importantes.
La mejor manera de protegerse es plantarse firme en el optimismo de cada uno, en todo el tiempo intentar cultivarlo, aprender, hacer cosas diferentes, rodearte de personas que te sumen, cuidarte, amarte, aprender a poner límites saludables, a alejarte de la culpa. Un montón de actitudes que debes asumir a partir de hoy y para siempre, tus escudos positivos en un mar de negatividad que fácilmente puedes aprender a sortear si elijes tu manera de pensar.
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