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Sí, el pesimismo te afecta y mucho. Pero no es tu culpa sentirlo, vivirlo y ejecutarlo en tu vida diaria. De una parte de él es responsable la genética, de otra tu entorno que te ha educado.
Si eres pesimista, tus pensamientos girarán en torno a catástrofes, crearás en tu mente los peores escenarios posibles.
En el fondo estás absolutamente convencido de que nada de lo que hagas servirá para tener una vida mejor, de que tus acciones poco valen y que además no eres lo suficientemente competente. Seguramente te preguntas a menudo, ¿para qué voy a intentarlo si de todas maneras no funcionará?
Te preparas para lo peor y para el fracaso, estás tan convencido que tu mente crea trampas para ti todo el tiempo, ¿sabes por qué? Porque tu mente se prepara para hacerte caso. Si crees que no puedes, pues tendrás toda la razón del mundo.
Inconscientemente te sabotearás, no hablarás en el momento preciso, dejarás pasar oportunidades, tendrás un sabor amargo de sueños rotos porque has entrenado a tu cabeza para perder.
También te afecta a nivel laboral, tu actitud pesimista disminuye la productividad y destruye tu motivación.
¿Sabías que puedes contagiar tu pesimismo? Sé que no lo haces a propósito, pero piensa en las veces en que tu amigo viene con una idea entusiasmado y tú lo traes violentamente a tierra. O cuando un hijo quiere hacer algo diferente a lo que crees correcto, o tal vez cuando sientes que ser feliz es tonto y que el mundo es un lugar espantoso.
Vuelvo a repetirte, esto no es tu culpa. Sé que hay personas que defienden su pesimismo porque lamentablemente el optimismo tiene mala prensa, pero el optimismo del cual suelen escuchar es el vacío, no el inteligente que defendemos nosotros los psicólogos positivos.
No te estoy pidiendo que cambies, te estoy pidiendo que reflexiones. El pesimismo no es tu mejor amigo, no te evita sufrir, no te protege de la tragedia, no te hace sentir seguro como te hace pensar. Puede ser una cruel sirena que te agobia con sus falsos cantos de protección, pero en realidad es tu enemigo, tu visión distorsionada de la realidad que hace que todo lo hermoso no sea suficiente.
Querido lector, no es tu culpa.
Cualquier camino que escojas será el correcto para ti y será respetable. Pero en cuanto a bienestar se refiere, obtener mejores logros, ser más exitoso, disfrutar de relaciones positivas, tener más emociones positivas y encontrarle un sentido y propósito a tu existencia…bueno, ejem, tendríamos que acercarnos al optimismo.
Si quieres aprender a ser un optimista inteligente tienes varias opciones, terapias, grupos, cambiar tu perspectiva, leer, practicar y también mi programa Como SER un optimista inteligente.
El pesimismo afecta tu calidad de vida y felicidad, recuerda que el primer paso es reconocerlo, conocerte y descubrir que más tiene la vida para ofrecerte. Tal vez te sorprendas…
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