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Al mal tiempo buena cara. No hay mal que por bien no venga. Siempre que llovió paró. El fracaso es una gran oportunidad. Buena suerte, mala suerte, quién sabe. Es usual valernos de latiguillos para demostrar con palabras que es posible revertir un contexto desfavorable.¿Lo expresamos de la boca para afuera o con la certeza de que eso nos conducirá hacia un auténtico bienestar? Karin Hueck y Fred Di Giacomo, dos periodistas brasileros insatisfechos con lo que tenían, ponderaron la acción sobre la queja y renunciaron a todo para ir en busca de esa existencia más plena.
Ambos tenían un buen empleo, un hogar, dos autos, familia, amigos, y así y todo les faltaba algo más. La pareja padeció varios sinsabores pero se aferró al sueño de mudarse a Berlín, y ese fue el motor del cambio.De la experiencia, que fue un éxito según dijeron, surgió Glück Project, un espacio online en el que comparten los resultados de una investigación vivencial en la que intentaron determinar en qué consiste ser feliz. Andar ligeros de equipaje y conectados con el universo interior son las principales conclusiones que alcanzaron. Sin ser revelador, es un buen ejemplo de que ser optimista es rentable, aunque no siempre sea necesario mudarse de país para experimentar los beneficios. Así lo corrobora un grupo de expertos que habló con PAULA para entender algo más acerca de esta búsqueda existencial.
El equilibrio “Es común oír la frase no soy pesimista, soy realista, pero si indagamos vemos que sí lo es. El optimista encuentra problemas y los asume desde otro lugar. El pesimista se queda, sufre, se estanca; no confía en las habilidades que posee y piensa que si algo no funciona, todo lo demás tampoco”, asegura Mariana Alvez, directora del Centro de Psicología Positiva Uruguay.
Ella opina que existen dos tipos de optimismo: el vacío y el inteligente. Este último, facilita una evaluación justa de la realidad y es el que aplican los que se hacen cargo de sus decisiones, que viven sin remordimientos, que abren los ojos a los aspectos positivos de cada circunstancia conflictiva y que aprenden del fracaso.
Con el propósito de expandir estos preceptos Alvez fundó en 2010 El Club de los Optimistas, una comunidad establecida para alcanzar la transformación anhelada. El grupo, abierto a quien quiera sumarse, se reúne una vez al mes y las convocatorias se realizan a través de un perfil en Facebook con el mismo nombre. “Lo que hacemos no es autoayuda. No negamos el dolor, tampoco decimos que hay que estar bien, sí o sí. Si tenés dolor, vamos a acompañarte en el proceso, a ver cómo ralentizarlo para que no te quedes ahí”.
Los metafísicos por su parte creen que ser feliz es un arte que se alcanza más allá del plano físico. Así lo explica Annabel Grassi, maestra del tema en Uruguay: “La metafísica es una enseñanza constructiva que se ocupa del desarrollo del poder de la mente, el reconocimiento de la parte más pura de nosotros -el denominado ser crístico- y la manifestación de los aspectos de Dios -buena voluntad, sabiduría, pureza, verdad, amor, paz y perdón- en nuestra vida”.
Para los practicantes de esta filosofía el secreto es controlar la manera de pensar, ya que el ser humano construye su entorno por medio de creencias y sentimientos. Por tal motivo, los metafísicos consideran que vivir con la atención en los problemas y el fracaso, hace que se forje más de lo mismo. “Una persona con una visión optimista, que siente que lo mejor está por venir y actúa en beneficio de todos, hace que el universo conspire para que lo mejor, lo que más se anhela, llegue”.
Ciertamente todo puede ser de otra manera, tal como profesan los seguidores de la psicoterapia desarrollada por Alfred Adler a comienzos del siglo XX. “El pasado no determina el presente, por tal razón apostamos al valor de la resiliencia”, enseña Andrés Buschiazzo, miembro del Centro de Estudios Adlerianos, psicólogo clínico y docente de la Universidad de la República. “Adler valoraba al sujeto como parte de una comunidad. El hombre, decía, no puede separarse de su contexto porque no está aislado. Tal razón hace que pongamos el foco en la interpretación que se hace de los hechos. Así es que el pesimista ve el vaso medio vacío y el optimista medio lleno, nosotros decimos que hay que verlo entero para no descuidar ningún tipo de emociones. Tanto las negativas como las positivas nos componen como seres humanos. Si me siento triste, mientras sea transitorio, está bien, más de lo habitual tengo que consultar y cambiar rutinas para estar mejor”, amplió Buschiazzo, quién aplica en Uruguay la Terapia de la risa; una técnica que beneficia a los pacientes que padecen crisis de pánico, ataques de ansiedad o gelotofobia, el temor patológico a ser objeto de burla.
Los grupos de risa son un complemento de la psicoterapia individual y consisten en sesiones de veinte minutos en las que se aplican bromas terapéuticas y humor, que traen consigo cambios físicos y psicológicos. “Aprender a incorporar herramientas para el bienestar lleva tiempo. No basta con ser optimista, hay que construir la realidad con responsabilidad, conociendo los límites y las capacidades de cada uno. El optimismo exacerbado puede ser tan negativo como el pesimismo porque es una forma de negar la realidad”.
Marcar tarjeta En el trabajo, donde pasamos muchas horas de la vida, también se puede ser feliz. En eso creen los impulsores de la cultura organizacional que genera beneficios positivos en los directivos, en los mandos medios y, como consecuencia, en todo el equipo. Claro que no es mágico, aquí también se requiere un proceso de modificación íntegra de cada uno de los implicados. Para poner en marcha estas acciones existe el coaching, una especie de entrenador que contagie una metodología desde el ámbito deportivo a otras áreas de la sociedad.
¿De qué depende mi felicidad? Uno de los fundamentos del coaching radica en cuestionar, en marcar la prioridad en el aquí y ahora, en encontrar soluciones efectivas a los conflictos. En esa línea Pedro Amador, ingeniero de sistemas con formación en coaching y liderazgo, concibió Autocoaching, un proyecto que ayuda a conseguir mayor calidad de vida, satisfacción, bienestar o la palabra que mejor se adapte a las necesidades de cada uno. “La felicidad es un estado de ánimo que no hay que confundir con el éxito. Uno puede tener éxito porque le suben el sueldo, pero a la vez se le puede morir un familiar y eso no le ayudará a ser feliz”.
Tanto en su página web como en el blog Conseguir la felicidad, el autor comparte material didáctico y enlaces para descargar varios libros que profundizan en el tema. Igualmente en esas plataformas virtuales se accede a otro proyecto que Amador bautizó como Mi GPS Vital, una tecnología de felicidad. “Sin duda su mayor valor consiste en convertir la queja sin sentido en energía para la acción. Es decir, muchas personas se bloquean y no saben ni lo que quieren, y con este GPS observan un conjunto de opciones porque la tecnología nos ofrece un catálogo de miles de sugerencias y cambios para conocer lo que queremos. Es como disponer de una guía de viajes para orientarnos mejor, que acompaña el crecimiento personal”, añade el autor.
En la misma línea se concibió el Congreso de Autoestima y Liderazgo. Su directora Leticia Brando comentó que el encuentro -que se realizará por segundo año consecutivo el 23 de abril en el hotel Sheraton de Montevideo será una instancia ideal para acercarse o profundizar en estas técnicas. “Constaté que existen muchos líderes con baja autoestima, que habían llegado a puestos de mando en sus empresas por talento y por talante, pero que a la hora de gestionar, eran personas que estaban a la defensiva. Eso es ego, no autoestima. En el congreso posicionaremos estos conceptos para darles su verdadera dimensión y generar transformación en las organizaciones. Por ejemplo, cuando alguien nos humilla o nos insulta, ¿qué hacemos? Hay que aprender a cuidarse, a conectarse con lo valioso para cada uno. Si enganchás con lo negativo, potenciás eso y te quedás en el mismo rollo que no aporta nada. Esto cuesta, y más cuando ocurre con seres queridos, porque sentimos que nuestro orgullo está herido, pero hay que sacarse el orgullo y tener más amor propio”, opina esta psicóloga y coaching que invita a sumarse al encuentro que contará con charlas y talleres dirigidos a quienes conducen grupos o desean liderar sus propias vidas.
Por otro lado Mónica Pigatto, directora de Atha Coaching -una de las consultoras pioneras en el medio local en estos temas- cree que la transformación que comienza en el ámbito laboral luego se traslada a los espacios íntimos de cada uno de los componentes claridel organigrama institucional. ¿Somos siempre las mismas personas? “No sé si será necesario, pero sí que exista un equilibrio, porque siempre lo que pasa en mi mundo privado y en el social debería aportarme bienestar. Hemos oído a gente decir que cuando entra a trabajar se pone un traje de lobo. No es cuestionable, el problema radica en lo que pasa después, cuando llegás a tu casa y te olvidás de sacártelo”.
La consultora se especializa en dos áreas de trabajo: la aplicación del Programa de Reducción de Estrés basado en mindfulness -conciencia plena- y el coaching. La metodología de reducción de estrés, que se tomó del Centro Médico de la Universidad de Massachussets, es un programa intensivo de ocho semanas que permite superar limitaciones personales y alcanzar, de manera consciente, niveles más elevados de salud y bienestar.
Está comprobado, tal como indica Pigatto, que es posible reducir síntomas médicos y el estrés psicológico. “¿Pensamos alguna vez cómo aprendimos a estresarnos tanto; cuándo ocurrió que comenzamos a percibir las cosas de una manera que no nos beneficia? El estrés en sí mismo no es malo, incluso es importante que esté ahí, el asunto es cómo reaccionemos a instancias que no son amenazantes. Estamos defendiéndonos porque pensamos que nos atacan; es interesante detenerse a pensar por qué. En mindfulness educamos este aspecto. Es un factor importante porque todo pasa por el cerebro, y gracias a eso es posible reaprender de maneras más saludables. El resultado es un gran alivio” .
Por uno mismo Hay que detenerse; atender a la respiración, a la postura, a las emociones y hacerse presente en alma, cuerpo y mente. “Eso es mindfulness. Es mucho más que meditación, es uno de los preceptos de Buda. Él mismo lo practicaba, enseñaba a vivir en el presente, porque si estoy en el futuro, que aún no llegó, aparece la ansiedad, el nerviosismo y la preocupación. Y mirar hacia el pasado aporta melancolía, a veces tristeza y hasta depresión. Buda decía que hay dos momentos en los que no puedo ejercer ningún cambio: ayer y mañana. Hoy puedo, en este instante. A través del mindfulness se enseña a estimar el ahora y a disfrutarlo. Si eres consciente de esto tu vida se alarga”, explica Silvio Raij, coach ontológico y consultor organizacional. Para él las personas están agotadas y eso motiva un cambio. Ya se comprobó que cuando estamos cansados la cabeza funciona diferente. No hay claridad para pensar en lo que se hace y lo más fácil suele ser la queja, culpabilizar al entorno. “Es la postura de víctima, el pobre de mí, que a la larga nos deja inmovilizados esperando que el mundo y los demás cambien. Cuando decís algo negativo te tirás abajo. El lenguaje que usamos te determina para todas tus acciones. Lo que hablamos nos corta los pies o nos permite crecer. Y yo me quejo, es algo que aprendimos, pero en nuestra naturaleza original no está el ser víctimas”.
Como si fuese una nueva materia en la vida, hay maneras de aprender este estilo de existencia. Las ganas son fundamentales así como la constancia. La clave es saber salir del piloto automático. Full stop, el libro más reciente de Raij, ayuda a tomar esta senda de autoconocimiento. “Hace poco me contrató una clienta porque es muy hiperactiva y sentía que estaba funcionando mal en su casa, en el trabajo. Nos encontramos en su hogar. Me recibió y me indicó que me sentara. Mientras la esperaba veía que corría de un lado para el otro y cada vez que pasaba frente a mí me decía, ya voy, ya voy.
Al cabo de unos minutos frenó y me propuso empezar. En ese momento me di cuenta que una persona tan inquieta no podría estar mucho tiempo sentada. ‘Nos vamos con dos condiciones, le dije. Lo haremos en silencio y tú siempre permanecerás callada’. Al principio se resistió, entonces insistí con el silencio. Salimos a la rambla y anduvimos unos doscientos metros a mi ritmo. Cuando volvimos me senté y la miré. Estaba llorando. Le pregunté por qué estaba así. ‘No sé estar en silencio, no sé ir tan despacio’ contestó. Yo no tuve que hacer nada, solo la acompañé en ese proceso de descubrimiento. En eso consiste el coaching, en trabajar con personas que quieren transformar algo en sus vidas, que desean progresar. Eso es mucho”.
Así es que algunos renuncian a sus empleos, se mudan de país y comparten su experiencia en la web; otros asisten a grupos de optimismo, a psicoterapia, se ríen, se cuestionan, se dejan guiar por expertos. Cada maestro lo hace con su librito, lo que parece ser claro para la mayoría, es que el optimismo es una inversión a largo plazo. Un camino que se inicia con un paso y tiene mucho más que mil kilómetros.
16 de abril. Los tres pilares de la innovación empresarial. www.silvioraij.com
23 de abril. II Congreso de Autoestima y Liderazgo. www.autoestimayliderazgo.com
12 de mayo. Mindfulness para la mujer trabajadora. www.athaconsulting.com.uy
16 de mayo. Evento Anual de Metafísica. www.metafisicasedecentral.com
“No se puede estar feliz todo el día, es una imposición. Deberíamos tener presente que a lo largo de la jornada pasamos por distintos estados; momentos de inteligencia, de déficit atencional, de alegría y de tristeza. En 24 horas pasan muchas cosas y debemos ser responsables de lo que elegimos valorar". Andrés Buschiazzo.
“Hay cierto romanticismo con la melancolía. Y sí, hay veces que tenemos que sentirnos así y que la vida nos golpea, pero no podemos decir que hay que estar mal sí o sí. Hay que apostar por la alegría”. Mariana Alvez.
“Para el optimista siempre habrá algo más que intentar para encontrar un estado final que le reporte mayor felicidad o satisfacción”. Pedro Amador.
“Previamente a liderar una empresa, la mayor efectividad se logra si antes lidero mi vida. Para eso, debo hacer un viaje interior que me conecte con mi autoestima, con mis valores, con mí ser”. Leticia Brando.
“Tenemos la ilusión de que si me quejo de algo lo que está fuera quizás cambie. Entonces nos quedamos esperando que los demás reaccionen y así lo que verdaderamente pasa es que nos volvemos dependientes”. Silvio Raij.
“La Metafísica es una enseñanza espiritual práctica, de aplicación en la vida diaria, que permite resolver cosas, tomar decisiones, transformarnos y transformar los hechos, cambiando el mundo para bien”. Annabel Grassi.
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